INFORME

A espaldas del trabajo: La antropología frente a sus mundos laborales a través de las personas egresadas de la Universidad del Rosario

Esta cartilla hace nace de un proceso de reflexión dentro de la plataforma de la Asociación Colombiana que quiere ser un aporte al autoconocimiento de les antropólogues como sujeto colectivo en construcción. Creemos que, en este largo camino para construir un gremio, es necesario hacernos un mapa de lo que somos laboralmente, puesto que es la única forma en que podremos tomar decisiones informadas para cambiar, fortalecer, mejorar e investigar nuestros mundos laborales y profesionales. Unos panoramas de los que tanto hablamos, pero que tan poco conocemos.

Con este objetivo en mente, el grupo Profesionalización y contextos laborales de los y las antropólogas en Colombia elaboró una encuesta piloto de una investigación nacional sobre panoramas laborales. Este piloto fue lanzado para les egresades de antropología de la Universidad del Rosario en el 2021. 


¿Qué encontramos?

Esta encuesta focalizada, en un inicio exploratoria, dio como resultado tendencias que fueron inesperadas para el mismo grupo de trabajo en un tamaño que nos permitió obtener un grado de representatividad importante que en un principio tampoco esperábamos. Por esto, sentimos que nuestra encuesta logró el objetivo de iluminar los universos laborales para el caso de les colegas egresados de la Universidad del Rosario y que es un referente para las investigaciones que queremos seguir adelantando y la excusa para iniciar una discusión pública y gremial sobre estos amplios mundos.

Las personas encuestadas fueron 69% mujeres, la gran mayoría fueron personas de Bogotá con un promedio de edad de 26 años. El 56% financió su pregrado con recursos propios o familiares y 38% a través de créditos o becas. Les encuestades manifestaron sentir grandes vacíos sobre su preparación para el mundo laboral desde su pregrado con ausencias como: habilidades en campo y antropología aplicada, perspectivas profesionales en organizaciones privadas, temas relacionados a Derechos Humanos e intervención en poblaciones vulnerables, habilidades blandas y de networking, bases en metodologías cuantitativas, y conocimientos sobre la vida contractual. En palabras de une de les entrevistades: “uno sale como que uno va a vivir solo de papers. Y no”. 

Se evidenciaron varios procesos de autoformación que les profesionales debieron emprender para obtener o mantenerse en sus trabajos sobre contenidos que manifestaron que debían haber sabido producto de su formación. Esto produjo afirmaciones como la necesidad de “hacerse valiosa para la empresa”. Este tipo de vacíos ha causado que las personas terminen en empleos no relacionados con la antropología, muchos de los cuales, según nuestros datos, pagan mejores salarios. Desde el otro lado, los resultados señalaron que les empleadores de les antropólogues desconocen en buena medida las habilidades concretas que estos últimos tienen. Esto se traduce, en varios casos, en que los ejercicios profesionales hayan tenido que ir de la mano con un ejercicio pedagógico al interior de los equipos laborales enseñando continuamente qué es lo que hacemos.

En estos retos del mundo laboral, para los cuales muchos nuestres colegas manifestaron no haber estado preparades, fueron cruciales las redes y los conocimientos que se obtuvieron por fuera del currículo del programa de la Universidad del Rosario o en paralelo. En este sentido, también describimos tres de los mecanismos de inserción que tienen les colegas a la hora de encontrar trabajo. Los programas de la misma universidad demostraron no ser una forma de encontrar empleo, mientras que las recomendaciones docentes tuvieron un 35% de efectividad y la recomendación por pares la tuvo en un 49%.

Les empleadores del primer empleo están en su mayoría ubicados en el sector de la educación, un rubro seguido de los medios de comunicación, cultura y gráficos y la función pública, además del “sector” engañoso de los servicios financieros y profesionales. En general, los empleos no relacionados con la disciplina son mejor pagado en el primer empleo. El Estado, en función pública, es el sector con mayor número de salarios del rango $3’000.000-$4’999.999 y estos están específicamente concentrados en los empleos relacionados con la antropología, aunque es el cuarto sector de empleabilidad.

Nuestros datos indican que un título de maestría no es garantía de mejores salarios, ya que su distribución es similar a los salarios obtenidos sin este, así mismo hasta los 26 años no hubo nadie que reportara haber ganado más de tres millones de pesos. En las colegas (mujeres) sólo hasta los 32 años de edad los sueldos de menos de esa cifra tienden a desaparecer. Les antropólogues que trabajan en empleos en donde el empleador está dentro del sector de la educación y en función estatal son en su gran mayoría hombres, mientras que los servicios profesionales y financieros fueron señalados exclusivamente por mujeres.

El promedio de meses de desempleo fue de 7,4 meses, pero hay reportes de hasta más de un año. Así mismo, la encuesta visibilizó que les colegas tienen una diversidad de ejercicios no contractuales que se pueden considerar perfectamente como trabajo, por lo que el reto está en la formalización y no necesariamente en que no estén ejerciendo.

Ocho de cada diez colegas han participado en convocatorias que no buscan específicamente antropólogues, sino que piden amplios perfiles de científicos sociales u otros. En esta misma línea, la encuesta dio como resultado que el 46% de los contratos de les antropólogues que la respondieron han sido por prestación de servicio, más del doble de cualquier otra modalidad. Los testimonios de las entrevistas describen estos contratos como una experiencia llena de incertidumbre y acoso laboral. Los contratos de término fijo e indefinido obtuvieron 21% por igual e incluso hubo varios reportes de remuneración sin contrato.

Sobre la percepción que se tiene del mundo laboral les colegas reportaron estar de acuerdo con que conseguir trabajo en antropología social no es fácil y que se necesita mucha experiencia, mientras se desconocen los panoramas laborales de la bioantropología, arqueología y la antropología en general en el exterior. Se percibe que los semilleros de investigación son útiles a la hora de conseguir empleo, así como las prácticas y las redes estudiantiles. Sin embargo, no hay certezas. Para cada una de estas modalidades en relación con su capacidad para la inserción laboral hubo dos tipos de opiniones: las de las personas que pasaron por estos ejercicios y las que no, habiendo diferencias entre estos dos grupos para las mismas preguntas.

Una de cada cinco personas manifestó haber sufrido acoso laboral y fueron hombres la mayoría de las personas que lo registraron. Los testimonios denunciaron que nunca fue un tema que se hablara en contextos formativos o profesionales y que esto tuvo altos costos en integridad física, emocional y laboral para las personas que lo sufrieron, como demostraron las citas presentadas. Una por ejemplo resaltó el hecho de que “mucha gente lo tiene super normalizado, porque, pues es normal de que, no sé, de que tu jefe te trate de x o y manera, porque así son todos los trabajos”, otra comentó haberse sentido como “el minion, el que hace todo, el día que sea, el que tiene que estar dispuesto como sábado-domingo 24/7, porque uno no tiene ninguna seguridad”.

Esto se agrava con las preocupantes respuestas que obtuvimos sobre las afectaciones de los empleos para les colegas: el 71% manifestó que sus empleos habían ocasionado afectaciones en salud mental y 48% afectaciones físicas. Ambas mediciones contaron con una proporción de colegas que dudaron en responder que no habían sido afectados, lo que también señala a la ambigüedad que pudieron sentir a la hora de evaluar las afectaciones. Todo esto apuntó en general hacia la existencia de un contexto laboral adverso lleno de riesgos y amenazas que no son contemplados y mucho menos prevenidos. Sobre esta prevención, los datos siguieron alertando sobre estos vacíos, ya que el 61% de las personas no ha contado con protocolos o rutas para el manejo de estos y otros hechos que puedan aparecer en los contextos de ejercicio profesional. Esto ocurre en un contexto laboral en donde el 39% de les colegas manifestó trabajar en temas relacionados con conflicto armado.

En materia de violencias basadas en género y actos de discriminación la encuesta encontró que el 27% de personas (todas mujeres y personas no binarias o queer) han sufrido de interferencia en sus cargos o tareas contractuales debido a su identidad de género u orientación sexual. Les antropólogues encuestades solo reportaron en el 9% de los casos la existencia permanente de protocolos o rutas de atención a violencias basadas en género en sus entornos laborales. Sin embargo, el 41% de las personas que respondieron a este eje de preguntas manifestaron haber sido víctimas de violencias basadas en género, primordialmente de parte de sus pares. Adicionalmente, la mayoría de las personas ha sido testigue de estas violencias en estos entornos: el 64% reportó atestiguar violencias por parte de jefes y superiores, el 41% violencias por parte de les profesionales hacia sus colaboradores e interlocutores, el 36% violencias entre pares profesionales y el mismo 36% reportó haber atestiguado violencias de les interlocutores-colaboradores hacia les pares profesionales.

Finalmente, esta descripción cerró con los resultados sobre gremialización de les colegas, en donde se pudo comprobar que, aunque el 42% reportaron ser parte de alguna iniciativa gremial, la mayor parte de estas relaciones con los pares se sustenta en la pertenencia a grupos de redes sociales para difundir convocatorias laborales. Sólo cuatro respuestas nombraron un grupo constituido relacionado directamente con los objetivos amplios de la antropología o arqueología.

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